Entendiendo el fútbol

En 1925, esto funcionó muy bien. Los defensores se encargaban de la defensa, mientras que los centrocampistas y los delanteros se encargaban del ataque. Todos los partidos se jugaban de la misma manera y a ningún entrenador se le ocurría probar un plan nuevo porque el plan utilizado por todos los equipos se ajustaba al juego. Ahora bien, cada entrenador enfoca el juego de una manera diferente y ninguno de estos enfoques le satisface.

¿Por qué hemos vuelto a la desorganización y la anarquía?

El juego, al igual que la geometría, comienza con una hipótesis y todo el desarrollo parte de esa hipótesis. Pero la geometría del fútbol se basa en dos supuestos: el balón y la regla del fuera de juego.

La primera, como la de Euclides, está dentro de los límites del sentido común y es comprendida por todos. Lo que no entendemos es la conclusión de esta norma. Es la persona que organiza el equipo y da al juego su carácter único.

Esta parte del juego ha permanecido desconocida e inexplorada. Vamos a investigar. Ahora tenemos que hacerlo demostrando cada afirmación que hacemos, así que tenemos que tener más confianza y menos pasión. Cuando me inicié en la filosofía como estudiante, las teorías presocráticas me parecían ingenuas. Sólo más tarde, mucho más tarde, me di cuenta de la grandeza de estos hombres. Comenzaron abandonando todos los mitos que las generaciones anteriores habían permitido y pensando por sí mismos.

Desecharon las creencias mágicas y utilizaron la razón para entender el mundo. Aunque sus conclusiones fueran erróneas, nos enseñaron a pensar y a buscar la verdad detrás de las apariencias. Simplemente seguí el mismo camino: no creer lo que me decían las personas que habían estudiado el fútbol antes, y empezar de cero, pensé por mí mismo, y como verás, este enfoque dio sus frutos, ya que hice importantes descubrimientos en el juego para personas que sólo podían enseñar a hacer jugadas.

En el dominó y en el ajedrez, a nadie se le ocurriría utilizar un maestro así, ya que la ejecución de las jugadas es tan sencilla que se puede aprender en un día. Sin embargo, en el fútbol las cosas son tan complejas que se justifica la existencia de estos profesores. Mi crítica no va dirigida a ellos, sino a un sistema que les pide que enseñen cosas que no saben. Si jugar con el balón ya es difícil, jugar en equipo lo es aún más.

Superamos la dificultad de jugar porque lo entendimos desde el principio. Y no nos dimos cuenta de lo difícil que es jugar en equipo, así que no intentamos superarlo.

La experiencia nos enseña a jugar en equipo, igual que aprendemos a hablar. Y aprendemos a hablar porque nacemos en un grupo que tiene una lengua que nos han transmitido nuestros antepasados.

Así, los futbolistas nacidos en la fase de cultura futbolística, digamos entre 1920 y 1926, aprenden a jugar al fútbol. Los que nacen en la etapa de incultura, como la que estamos atravesando ahora, no pueden aprender. Para aprender, o bien hay que esperar a que la experiencia cree una nueva cultura, o bien hay que aprender el juego para desarrollar una teoría que lo explique para entenderlo.

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